NACIONES UNIDAS, 8 de enero (NNN-UNIS) — Además de causar muertes, destruir viviendas y devastar la vida silvestre y los ecosistemas en Australia, los incendios forestales en ese país expelen una cantidad enorme de contaminantes que afectan la calidad del aire y esto, a su vez, tiene un impacto nocivo en la salud, alertó la OMM. El Secretario General de la ONU ofreció sus condolencias a las familias de las víctimas y encomió la labor de los rescatistas.
Los incendios forestales masivos que se registran en Australia arrasando a su paso recursos naturales, viviendas y medios de vida, también han provocado la muerte de más 22 personas hasta el momento y desprenden gases contaminantes que perjudican la salud, afirmó este marte la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
De acuerdo con la OMM, se han liberado a la atmósfera unas 400 megatoneladas de dióxido de carbono, un gas que contribuye al calentamiento global.
En conferencia de prensa en Ginebra, la portavoz de ese organismo, informó que el aire que carga los agentes nocivos ha llegado a Nueva Zelanda y, más aún, ha cruzado el Pacífico para alcanzar Sudamérica, donde se puede observar en Argentina y Chile.
“En la parte central de Chile, el cielo se ha tornado gris y con humo, según consta en los datos satelitales que siguen la trayectoria de los vientos”, señaló Clare Nullis.
Agregó que la tercera parte de la isla Canguro, un popular destino vacacional australiano, se ha consumido por el fuego.
La portavoz advirtió que los incendios quemaron los bosques esenciales para limpiar el dióxido de carbono y alertó de un panorama poco prometedor.
“Aunque hubo un breve respiro gracias a las lluvias, se prevé que las temperaturas aumenten nuevamente para el fin de semana”, acotó.
La OMM recordó que 2019 fue un año inusualmente caliente y seco en gran parte del territorio australiano, lo que generó las condiciones para una temporadas de incendios larga y desafiante, como lo había anticipado la agencia meteorológica gubernamental de Australia.
En noviembre pasado, las lluvias ocurridas no solo estuvieron muy por debajo del promedio, sino que hicieron del mes el noviembre más seco registrado en 120 años.
Además, el 19 de diciembre las temperatura en el sur de Australia llegó a 49,9º C y la media nacional fue de 41,9º C, marcando el récord del día más caliente en la historia registrada en el país.
Luego, temperaturas muy superiores a los 40ºC, una prolongada falta de lluvias y numerosas ráfagas de viento durante la primera semana de 2020 han establecido condiciones extremadamente riesgosas y propicias para los incendios en muchas áreas del sur y el este australianos, incluidos los estados de Nueva Gales del Sur y Victoria, anunciaron las autoridades nacionales.
El ejército australiano ayuda a combatir el fuego y los barcos de la Armada evacúan a los residentes atrapados en un pueblo costero del estado de Victoria.
“Y todavía no estamos fuera de peligro. Las proyecciones de la agencia meteorológica australiana indican que el país registrará incrementos futuros en las temperaturas del mar y del aire. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático también ha dicho que ese fenómeno tuvo un papel fundamental en los incendios”, dijo la portavoz.
Con respecto al impacto en la salud de estos catastróficos incendios, la Organización Mundial de la Salud (OMS), explicó que niños pequeños, las mujeres embarazadas, los ancianos y las personas con enfermedades crónicas han sido las más afectadas por la inhalación del humo.
En un comunicado leído por su portavoz, António Guterres aludió a los pronósticos desafiantes para la temporada de incendios y encomió los operativos de búsqueda y rescate a cargo del Gobierno australiano y de todos los que participan en esos esfuerzos mientras combaten el fuego destructor, salvan vidas y hacen todo lo que pueden para preservar la biodiversidad del país.
— NNN-UNIS