COLÓN, PANAMÁ, 30 de diciembre (NNN-PRENSA LATINA) — El gobierno de Panamá acomete el rescate del sistema de fortificaciones coloniales de la costa caribeña, que desde el 2012 están en la lista de patrimonios mundiales en peligro, según Unesco.
Las acciones del recién estrenado Ministerio de Cultura se dieron posterior al Consejo de Gabinete Turístico realizado esta semana en una explanada de la villa de Portobelo, al lado de una hermosa bahía encontrada por Cristóbal Colón el 2 de noviembre de 1502, durante su cuarto viaje a las Américas.
Sobre el techo del edificio de la Aduana, una protección para la lluvia es el preámbulo de que comenzaron los trabajos de restauración del caserón de arquitectura renacentista, erigido entre 1630 y 1634, donde funcionaba la oficina fiscal, se almacenaban las cajas reales y fue sede del gobernador y la oficialidad.
Desde octubre pasado, la actual administración presentó la licitación para acometer las obras y varias empresas especializadas mostraron su interés por ejecutar los proyectos, que se iniciaron por el complejo militar de la villa que antaño fue una de las principales urbes de la colonia española en la zona.
Están en avanzado proceso de deterioro las fortalezas de San Jerónimo, Santiago El Viejo, Santiago de La Gloria y San Fernando y la Aduana, todas en Portobelo, a 50 kilómetros al noreste de la ciudad de Colón, y San Lorenzo de Chagres, al Oeste, en la desembocadura del río Chagres.
El Comité de Patrimonio Mundial de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ratificó en junio de 2018 su decisión de mantener esas construcciones en condición de contingencia extrema, porque podrían perder ‘atributos importantes y su valor universal excepcional’.
Los fuertes en pésimo estado aún conservan garitas, bastiones, sótanos, restos de escaleras, cañones, paredones, almacenes, sistemas de drenaje y acumulación de agua y restos de otras partes, muchas de las cuales fueron apuntaladas en espera de su restauración.
La administración de estos monumentos está en manos del Patronato de Portobelo y San Lorenzo, una organización sin fines de lucro cuya función es cuidar y mantener esos patrimonios, al mismo tiempo de promover sus valores entre la comunidad residente y los visitantes, para lo cual deben recibir presupuesto estatal y donaciones privadas.
Junto a las ruinas de Panamá Viejo, en la ribera del Pacífico, y el Camino Real de Chagres, las instalaciones caribeñas constituyeron lo que los historiadores denominan el ‘triángulo estratégico’ que permitía realizar el traslado del oro y plata saqueados por la Corona de España a Perú, además de canalizar el comercio de la zona.
— NNN-PRENSA LATINA