BEIRUT, 2 de diciembre (NNN-PRENSA LATINA) — Decenas de mujeres con rosas blancas marcharon el domingo por el puente del anillo, que separa este de oeste en esta capital, para expresar su rechazo a la violencia en las protestas antigubernamentales en El Líbano.
La manifestación demandó unidad por encima de origen, secta o lugar de residencia, en oposición a recientes muestras de enfrentamientos.
Se estima que la caminata responde a los duelos a pedradas, reyerta y combates que se registraron la semana pasada en el mismo lugar.
‘Estamos aquí para decir que todos nuestros hijos son valiosos y que no son más importantes a los de otras áreas’, declaró una mujer a la televisora local Al Jadeed que retransmitió la marcha.
Cuando las mujeres del barrio de Ashrafieh, de mayoría cristiana, llegaron a la entrada de Khandaq al-Ghamiq, de predominio musulmán chiita, las recibieron con racimos de flores, abrazos y manifestaciones de alegría.
‘Durante años no hemos visto expresiones de amor unido por el país’, precisó otro manifestante ante las cámaras.
El poco más de centenar de mujeres que recorrieron la barriada de mayoría islámica también recibió una lluvia de granos de arroz que arrojaban los vecinos desde sus balcones.
El martes último también se registró una marcha pacífica entre las localidades de Ain al-Rummaneh (cristiana) y Chiyah (musulmana), donde hubo un altercado entre las dos comunidades en el sitio que inició en 1975 una guerra civil de 15 años.
Cientos de hombres, mujeres y niños portaron banderas libanesas para rechazar cualquier repetición del pasado y contra quienes buscan adulterar la naturaleza de las protestas actuales.
La marcha que comenzó en la localidad de Verdún y finalizó frente a la Plaza de los Mártires, simbolizó el anhelo de los miles de libaneses que salieron a las calles desde el 17 de octubre último contra la elite política gobernante, en un frente común, los pobres contra los ricos.
— NNN-PRENSA LATINA