LA PAZ, 22 de noviembre (NNN-AGENCIAS) — Con consignas que exigen justicia y la salida inmediata de la presidenta del Gobierno de facto, Jeanine Áñez, la multitud tras recorrer 20 kilómetros fue dispersada por los órganos de seguridad a 200 metros de la Plaza Murillo, sitio donde se ubica el Palacio Quemado.
Efectivos de la Policía de Bolivia reprimieron con gases lacrimógenos a los manifestantes que se trasladaron desde la ciudad de El Alto hasta la ciudad de La Paz con los restos de las víctimas de la operación militar de Senkata.
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Con consignas que exigen justicia y la salida inmediata de la presidenta del Gobierno de facto, Jeanine Áñez, la multitud tras recorrer 20 kilómetros fue dispersada por los órganos de seguridad a 200 metros de la Plaza Murillo, sitio donde se ubica el Palacio Quemado.
La marcha tenía como premisa denunciar el asesinato de ocho ciudadanos, víctimas de disparos de armas de fuego durante el operativo policial-militar desarrollado este martes en las intermediaciones de la planta de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos.
Un grupo llevó los ataúdes hasta cercanías de la plaza del Obelisco, donde se habían formado militares y policías en un cordón de seguridad, con el apoyo de vehículos blindados.
Ahí varios manifestantes comenzaron a gritarles “¡Asesinos!, ¡Asesinos!, ¡Asesinos!”, mientras otros reclamaban: “¡Devuélvanos a nuestros muertos”, en referencia a los ocho fallecidos de las refriegas del martes.
Asimismo, los manifestantes reclamaron el restablecimiento de la democracia tras el golpe de Estado y el retorno a la nación del líder indígena Evo Morales.
En medio de la represión, se viraliza en las redes sociales imágenes de los miembros de las comunidades originarias cargando en hombros los ataúdes por la principal avenida paceña y otras de un joven trepando a un carro de asalto del ejército ondeando la bandera indígena Wiphala.
Los organizadores de la protesta habían anunciado que la marcha debía dar una vuelta por el centro paceño y terminar en una concentración en la Plaza de San Francisco, sitio tradicional de actos políticos, objetivo que no han podido alcanzar tras las acciones de dispersión provocadas por la Policía.
En este contexto, el centro de la Plaza Murillo está rodeada de militares mientras sesiona la comisión de constitución donde se analiza un total de tres proyectos, convocando a la reconstitución de los tribunales nacionales y departamentales.
Las propuestas legislativas plantean en un plazo máximo de 15 días la designación de los miembros de los tribunales departamentales, quienes en 48 horas deberán convocar a las elecciones generales.
En tanto, Morales, quien recibió asilo político en México, dijo que está dispuesto a prescindir de las próximas elecciones presidenciales del país si puede terminar los últimos meses de su mandato y, junto con la oposición, nombrar una nueva autoridad electoral para supervisar unos nuevos comicios.
Durante una entrevista con el diario estadounidense The Wall Street Journal, el exmandatario expuso lo que consideró una solución de compromiso para poner fin a la crisis institucional y política que escaló en el país tras las elecciones del 20 de octubre, ganadas por Evo con más del 47 por ciento de los votos y con 10 puntos de diferencia sobre su rival Carlos Mesa.
“La clamorosa demanda del pueblo movilizado es que la dictadura se retire”, expresó Morales, refiriéndose al Gobierno de facto de Áñez. “Eso significa que terminamos nuestro mandato, y a cambio no seremos candidatos (en las próximas elecciones)….Si es una cuestión de paz, así que no se pierden más vidas, no hay problema, renuncio (a la candidatura)”.
Mi gran deseo es regresar rápidamente a Bolivia, señaló el exgobernante al considerar que su retorno “sería importante” para pacificar el país.
Más de 10 días después del golpe de Estado que forzó la renuncia del Presidente constitucional las movilizaciones continúan en Bolivia y la represión policial ha dejado una treitena de muertos y decenas de heridos.
— NNN-AGENCIAS
