NACIONES UNIDAS, 6 de noviembre (NNN-UNIS) — El número de afectados ha crecido de manera exponencial en los dos últimos años debido al deterioro de la situación de seguridad. La mitad de ellos son niños, que no pueden ir a la escuela porque están cerradas. La ayuda humanitaria se ve obstaculizada por la violencia, los secuestros y la falta de dinero.
La violencia en curso en el noroeste y suroeste de Camerún ha creado una emergencia humanitaria de rápido crecimiento: alrededor de 1,9 millones de personas necesitan ayuda para obtener artículos de primera necesidad.
La portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en Ginebra, Marixie Mercado, explicó que entre los más afectados por la crisis en la nación africana, que hace unos años era una de las más asentadas y pacíficas de la región, están los niños.
El arresto arbitrario, la quema de aldeas y el asesinato indiscriminado de civiles se llevan a cabo con impunidad.
La inseguridad, y en menor medida, las deficientes carreteras han dejado fuera del alcance de quienes distribuyen la ayuda a un 65% de la población en ambas regiones.
Además, los trabajadores de las agencias humanitarias se enfrentan a un mayor riesgo de ataques y secuestros.
“Lo que comenzó como una crisis política en las regiones del noroeste y el suroeste es ahora una emergencia humanitaria de rápido deterioro”, explicó Mercado, en referencia a los enfrentamientos separatistas que comenzaron a fines de 2017 en relación con una supuesta discriminación contra las regiones de habla inglesa del país.
El número de afectados crece exponencialmente
“Se estima que alrededor de 1,9 millones de personas, aproximadamente la mitad niños, tienen necesidades básicas sin cubrir, un aumento del 80% en comparación con 2018 y casi 15 veces superior al de 2017”, declaró.
Con el deterioro de la seguridad en las zonas rurales y urbanas, particularmente en el noroeste, la Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU indicó que tanto las fuerzas separatistas como las fuerzas gubernamentales siguen cometiendo violaciones de los derechos humanos.
“El arresto arbitrario, la quema de aldeas y el asesinato indiscriminado de civiles se llevan a cabo con impunidad”, resalta la citada Oficina en su último informe sobre la situación en la nación africana, publicado el lunes.
El miedo a la violencia ha impedido que los padres envíen a sus hijos a la escuela.
La situación ha privado de recibir educación a un número creciente de jóvenes, con miles de escuelas cerradas en medio de amenazas de separatistas que buscan de esa forma influir para encontrar una solución política a la crisis.
En total, 9 de cada 10 escuelas primarias, más de 4100, y casi 8 de cada 10 escuelas secundarias, unas 744, permanecen cerradas o no operativas en el problemático noroeste y suroeste desde el comienzo del año escolar en septiembre.
“Tres años de violencia e inestabilidad en las regiones noroeste y suroeste de Camerún han dejado a más de 855,000 niños sin escolarizar”, informó Mercado.
Niños, padres y maestros viven con miedo
“El miedo a la violencia ha impedido que los padres envíen a sus hijos a la escuela y que los maestros y el personal se presenten a trabajar”, explicó la vocera de UNICEF.
En un intento por ayudar a los niños, UNICEF ha organizado actividades educativas dirigidas por la comunidad.
La Agencia de la ONU también ha comprado libros de lectura y otros materiales de aprendizaje para 37.000 niños en edad escolar, mientras retransmite por radio lecciones de alfabetización y aritmética, a los que ofrece cursos de nueve meses.
Sin embargo, los temores de seguridad continúan obstaculizando el trabajo de las agencias humanitarias, con 529 incidentes registrados en el suroeste y el noroeste desde principios de año, según UNICEF.
Desde agosto, un número cada vez mayor de organizaciones dedicadas a la ayuda humanitaria se han visto afectadas por la toma de rehenes y la extorsión, mientras que cinco de los siete ataques contra trabajadores humanitarios tuvieron lugar entre septiembre y octubre.
“En la región suroeste, el acceso ha mejorado levemente y hemos podido realizar más misiones durante el segundo trimestre del año en comparación con el primero, y llegar a lugares que no han sido accesibles durante un año o más”, dijo Mercado.
También los alumnos se enfrentan al secuestro camino a la escuela, informó el portavoz de OCHA, Jens Laerke, que reportó el de tres colegialas el mes pasado.
“Es absolutamente horrible cuando grupos armados secuestran a los estudiantes de camino a la escuela y eso debe condenarse”, dijo.
El portavoz de OCHA señaló que la falta de fondos es un problema importante para ayudar a Camerún, ya que de los 299 millones de dólares solicitados para 2019, solo se ha financiado el 41% previsto.
En mayo, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, acogió con beneplácito la apertura del Gobierno para trabajar con su Oficina en la búsqueda de soluciones efectivas a la crisis humanitaria y de derechos humanos causada por los graves disturbios y violencia que se producen en el país.
— NNN-UNIS