PANAMÁ, 21 de septiembre (NNN-PRENSA LATINA) — El uso del territorio y aguas panameñas como corredor del tráfico de drogas tiene una respuesta efectiva de los cuerpos de seguridad del país, que en cuatro meses incautaron unas 26,2 toneladas de estupefacientes.
En un hecho sin precedentes por la cantidad, una operación combinada de estamentos militares e instituciones civiles realizó ayer la quema de la sustancia ilícita acumulada, en un paraje apartado de la concentración urbana, para evitar la contaminación ambiental tóxica para los humanos.
El cargamento fue trasladado hasta un área cercana a la desembocadura del río Bayano, al Este de la capital, en una barcaza fuertemente custodiada por efectivos armados.
Casi de forma simultánea a la destrucción de los narcóticos, nuevos operativos daban cuenta de otros cargamentos confiscados en las últimas horas en el extremo sur de la Península de Azuero, en costas del Pacífico.
Otra de las acciones relevantes fue la persecución aérea de una lancha rápida de 32 pies de eslora, del tipo GoFast, que en la huida desarrolló 50 nudos de velocidad, antes de encallar en una playa del noreste panameño, donde sus cinco tripulantes escaparon hacia la selva, pero se aprehendió 1,7 toneladas de cocaína.
A finales de julio se les asestó el más duro golpe a las redes criminales con la incautación, también el Mar Caribe, de cuatro toneladas que se encontraban a bordo de otra embarcación de alta velocidad con cuatro motores de 300 caballos de fuerza cada uno.
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