RIAD, 20 de septiembre (NNN-AGENCIAS) — El ex presidente tunecino Zine El Abidine Ben Alí murió en el exilio a los 83 años, en una clínica en Arabia Saudita. La noticia llega en una etapa crucial para Túnez en plena campaña electoral para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. El veterano líder había estado luchando contra el cáncer de próstata.
Hasta la revolución que lo obligó a huir al extranjero en 2011, Ben Alí, segundo presidente después de la independencia, era el maestro absoluto de Túnez, respetado interlocutor de todas las cancillerías occidentales y del norte de Africa, a pesar de su puño de hierro contra toda disidencia y la corrupción con que gobernó, que beneficiaron a su círculo familiar, principalmente a su esposa Leila Trabelsi.
Nacido en 1936, un soldado de carrera con gran experiencia internacional (también fue agregado militar, luego embajador en Varsovia), Ben Alí participa de joven en la resistencia contra el dominio colonial francés y terminó en prisión. En la década de 1960, fundó el Departamento de Seguridad Militar que manejó durante 10 años. El punto de inflexión político en la década de 1980: se convirtió en ministro del Interior el 28 de abril de 1986 y luego en primer ministro, en octubre de 1987. Contra Habib Bourguiba, que lo había nombrado primer ministro, Ben Alí gestó un “golpe de estado médico”, pues convenció a los galenos de declarar al presidente incapaz de comprender y gobernar. El 7 de noviembre de 1987 se convirtió en presidente, continuando la política pro-occidental de Bourguiba, luchando contra el fundamentalismo islámico y convirtiéndose así en el favorito de Europa y los Estados Unidos.
Su partido, el Grupo Constitucional Democrático (ex partido socialista Dururiano), mientras tanto, dominó la escena política nacional y Ben Alí ganó las elecciones de 1994 y 1999 con un porcentaje abrumador de más del 99 por ciento. El control total y absoluto del país se formalizó en 2002 gracias a la imposición de una reforma constitucional que abolió efectivamente cualquier límite a su reelección. Y en la votación de 2004 fue reelegido con más del 94% de los votos. En 2009, obtuvo el quinto mandato con un porcentaje del 89% de respaldos.
El comienzo de su fin llegó el 17 de diciembre de 2010, cuando Mohamed Bouazizi, un joven vendedor de frutas sin licencia, se prendió fuego en protesta por la incautación de sus mercancías. Las protestas masivas comenzaron entonces, con jóvenes que pedían trabajo y denunciaban el alto costo de vida, pero también exigían libertad. Esas manifestaciones, pronto se extendieron a gran parte del mundo árabe, en la llamada Primavera Arabe. Más de cien personas, incluidos civiles y policías, perdieron la vida en enfrentamientos. Entonces, Ben Ali anunció su retiro de la política y se refugió en enero de 2011 en su villa Abha en Arabia Saudita. En junio del mismo año, comenzaron numerosos juicios contra él y su clan que revelaron los abusos y la corrupción de su gestión, en la que acumuló inmensas riquezas. Fue sentenciado a varias cadenas perpetuas por la muerte de manifestantes.
Su último mensaje a los tunecinos sobrevino el 15 de mayo pasado. Fue publicado en la página de Facebook de su abogado y con la intención de negar las noticias sobre su estado de salud.
“Desde que dejé mi querido país, solo he querido seguridad, estabilidad y desarrollo para mi gente… Esto es parte de mi compromiso nacional y mi responsabilidad como estadista”, dijo.
“Estoy dispuesto de todo corazón a dar lo mejor de mí por este país al que he servido sinceramente durante 50 años.
Agradezco a todos los tunecinos que me enviaron mensajes de amor y respeto. Les aseguro que regresaré a mi país”, acotó entonces.
— NNN-AGENCIAS