TOKIO, 19 de septiembre (NNN-HISPANTV) — Japón asegura que no hay pruebas que demuestren que Irán esté involucrado en los ataques con drones contra dos refinerías de petróleo de Arabia Saudí.
El nuevo ministro de Defensa de Japón, Taro Kono, ha afirmado el miércoles que no hay ninguna evidencia de que apunten en dirección a Irán de estar detrás de los ataques aéreos acontecidos el pasado 14 de septiembre contra las instalaciones petroleras de la compañía saudí Aramco en Abqaiq y Jurais.
“No tenemos constancia de ninguna información que apunte a Irán”, ha subrayado Kono para luego detallar que los japonenses siguen creyendo en las declaraciones del movimiento popular yemení Ansarolá que reivindicó el referido ataque, como represalia a la brutal agresión saudí contra el pueblo de Yemen.
El titular nipón ha enfatizado que los miembros de Ansarolá llevaron a cabo el ataque teniendo en cuenta sus declaraciones de responsabilidad que emitieron en su momento.
No tenemos constancia de ninguna información que apunte a Irán”, señala el ministro de Defensa de Japón, Taro Kono, en alusión a los recientes ataques con drones contra dos refinerías de petróleo de Arabia Saudí.
Asimismo, el alto funcionario ha dejado claro que Tokio no participará en ningún tipo de represalia militar contra el país persa, por mucho que la Administración de Donald Trump baraje esta posibilidad.
En cambio, ha añadido, el Gobierno del premier japonés, Shinzo Abe, apuesta por buscar una solución diplomática a la crisis actual que no solo tiene en vilo a la comunidad internacional sino a todos los mercados bursátiles y financiero a nivel global.
Desde el instante que se dio a conocer los mencionados ataques, las autoridades estadounidenses, encabezadas por el presidente Donald Trump, no han cesado de difundir infundadas acusaciones en contra de la República Islámica de Irán de estar detrás de los citados bombardeos con el único fin de crear un ambiente hostil a nivel internacional contra la nación persa siguiendo sus doctrinas imperiales de someter a otro pueblo soberano.
Unas suposiciones occidentales que el Gobierno iraní inmediatamente rechazó sobre su presunto papel en los ataques a Aramco y enfatizó que la única vía para acabar con la crisis en Yemen pasa por el cese de los ataques saudíes, así como por el fin del apoyo político y armamentístico de ciertos Estados occidentales a los agresores.
Entre tanto, mientras la comunidad internacional pide mesura a las partes enfrentadas, por un lado EE.UU. y su socio regional, Arabia Saudí, y por otra parte, la República Islámica de Irán, Washington no cesa en sus intentos de crear una coyuntura que facilite la movilización de sus Fuerzas Armadas para iniciar la tan anhelada campaña militar, por los halcones neoconservadores de la Casa Blanca, contra la nación persa, y eso a pesar de no contar ni siquiera con la aprobación del Congreso estadounidense.
Hay muchas voces dentro del propio EE.UU. que reprueban esta retórica antiraní del magnate republicano y le recuerdan que no está entre sus atribuciones declarar una guerra contra otra nación sin previa autorización del Congreso.
— NNN-HISPANTV