TEGUCIGALPA, 11 de septiembre (NNN-PRENSA LATINA) — Honduras continúa en estado de emergencia ante la intensa sequía y la crisis de agua, que afecta tanto el consumo humano como la actividad agrícola y la producción de alimentos
El vital líquido escasea principalmente en las ciudades de mayor población, como esta capital, San Pedro Sula y Choluteca, hoy objeto de fuertes racionamiento.
El país dispone de dos mil 300 metros cúbicos (m3) de agua por segundo, sin embargo, en esta capital, con más de un millón de habitantes, el 35 por ciento de las familias no tienen acceso al agua potable en condiciones normales, es decir con las represas a su máxima capacidad.
Los mayormente afectados son los residentes en los barrios marginales, que no disponen de sistema de agua por tuberías, ni de almacenamiento, por lo que tienen que comprar el líquido a precios exorbitantes, hasta 100 lempiras por metro cúbico, según cifras de organismos internacionales, lo que equivale a más de cuatro dólares.
De acuerdo con informaciones de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) las principales represas, Concepción y Los Laureles, se encuentran por debajo del del 30 por ciento de su capacidad.
La sequía afecta severamente la agricultura, la producción de alimentos y la ganadería del país.
En las áreas donde se cultiva la mayor parte del maíz se perdió más del 40 por ciento de la cosecha, estimó el titular de la Dirección de Ciencia y Tecnología Agropecuaria (Dicta), Guillermo Cerritos.
Asimismo, las lagunas de Jucutuma, de 400 hectáreas, y Ticamaya, de 317 en el Departamento de San Pedro Sula, están al borde de su desaparición.
Como parte de las acciones del gobierno para enfrentar la intensa escacez de agua, desde ayer Copeco asiste con agua gratuita a la población más afectada de Tegucigalpa, fundamentalmente los vecinos del barrio El Chile y el Centro Básico Manuel Bonilla.
Hace más de 20 años Honduras califica como uno de las naciones de Centroamérica más afectadas por los efectos del cambio climático, zona además altamente vulnerable a sequías y huracanes, cada vez más fuertes con el calentamiento global.
El gobierno hondureño destinó 170 millones de lempiras, es decir, alrededor de siete millones de dólares, al Bono de Solidaridad Productiva para apoyar a productores de alimentos y granos básicos de los departamentos de Comayagua, Francisco Morazán y La Paz.
También solicitó a las organismos internacionales el acceso a Fondos Verdes del Clima, entidad creada por la convención marco de la Organización de Naciones Unidas con el objetivo de apoyar a los países en su transición hacía inversiones limpias y resilientes al cambio climático.
Este Fondo dispone para la región de Centroamérica y México de 65 millones de dólares para atacar las causas del cambio climático, frenar la migración y generar oportunidades de empleo para la población.
— NNN-PRENSA LATINA