NACIONES UNIDAS, 6 de agosto (NNN-UNIS) — Con todavía cuatro meses de temporada de monzones ya se han presentado varios deslizamientos de tierra, campamentos destruidos y personas heridas. Las agencias de la ONU están sobre el terreno apoyando a los desplazados.
Tres días de lluvia continua en Bangladesh destruyeron 273 albergues e hirieron a 11 personas en los asentamientos de Cox’s Bazar, donde viven más de 900.000 refugiados rohingyás.
Se estima que 350mm de lluvia cayeron en 72 horas desde el lunes y se esperan más aguaceros durante la próxima semana, y aún faltan cuatro meses para que termine la temporada de monzones. Según informes preliminares, se han producido 26 derrumbes.
“Voluntarios refugiados entrenados por ACNUR y sus socios trabajaron durante toda la noche el miércoles bajo una intensa lluvia para ayudar a las familias en necesidad urgente. En algunos casos, esto implicó rescatar a refugiados de albergues destruidos por deslizamientos de tierra”, dijo el portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados.
Alrededor de 2137 personas han sido reubicadas, ya sea porque sus refugios sufrieron daños sustanciales, o como medida de precaución, y se están distribuyendo suministros de emergencia para ayudar a reconstruir, reparar y fortalecer los albergues dañados.
Los preparativos para la temporada de monzones en Cox Bazar incluyen la construcción de estructuras de retención en las laderas, la instalación de drenaje y el trabajo sobre carreteras y puentes. También se han diseñado embalses para contener las lluvias monzónicas y estabilizar los suministros de agua.
Desde enero, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas emplea a unos 21.000 refugiados cada mes, bajo un plan de dinero por trabajo, que ayuda a la reducción del riesgo de desastres y al trabajo de ingeniería diseñado para hacer que los campamentos sean más seguros, incluida la estabilización de las pendientes.
El portavoz del PMA, Herve Verhoosel, dijo que este año las agencias de la ONU y las ONG completarán el trabajo de reforestación en más de 200 hectáreas de los campamentos, lo que ayudará a estabilizar la tierra y reducir el riesgo de deslizamientos. El PMA es responsable de alrededor del 40% de la reforestación, con aportes técnicos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Las existencias de alimentos para miles de refugiados en Cox’s Bazar se han visto afectadas por las inundaciones, aseguró Verhoosel. El PMA proporciona galletas con alto contenido energético y comidas calientes, y cuenta con suficientes suministros para alimentar a más de 160.000 personas en una emergencia.
Agregó que casi dos años después de la llegada de los rohingyás en Bangladesh en 2017, la situación sigue siendo crítica. Los refugiados siguen siendo muy vulnerables a la inseguridad alimentaria y la situación se deteriorará rápidamente si la asistencia humanitaria cesa o disminuye.
“Al PMA le cuesta 24 millones de dólares al mes alimentar a casi 900.000 refugiados y, sin el apoyo continuo de la comunidad internacional, la situación se volverá cada vez más terrible”, advirtió el portavoz.
— NNN-UNIS