TOKIO, 19 de julio (NNN-AGENCIAS) — A última hora de la mañana del jueves, en Kioto, un hombre de 41 años al gritó “mueran todos” y prendió fuego a todo un edificio de tres pisos, matando a al menos a 33 personas e hirió a un número aún más elevado.
Gran parte de las víctimas eran empleados de la Kioto Animación, conocida como Kyo-Ani, que quedaron atrapados en los pisos superiores y murieron intoxicados.
El atacante, quien a su vez sufrió quemaduras en la cara y el pecho, confesó de inmediato a la policía, que lo llevó al estado de detención antes de ordenar su hospitalización.
Las autoridades dijeron haber encontrado rastros de bencina que el hombre había comprado en una estación de servicio cercana, además de un martillo y cuchillos.
El balance de las víctimas es uno de los más granves de los últimos años en Japón. Según los expertos en seguridad de la construcción, el alto número de muertes y heridos se debe al hecho de que las escaleras de caracol, utilizadas para conectar las tres plantas en un área de 700 metros cuadrados, facilitaron la propagación de las llamas y el humo.
Los habitantes del barrio de la antigua capital de Japón contaron haber escuchado una serie de explosiones y luego de haber visto una espesa manta de humo negro saliendo del edificio.
Desde ese momento, el que estaba en los pisos adyacentes a la salida fue visto corriendo envuelto en mantas.
Una mujer residente del área contó a los reporteros cómo fue detenido el atacante: “El individuo, rodeado por la policía, admitió haber quemado el edificio. Primero esparció un líquido inflamable y luego usó un encendedor. Parece que guardaba resentimiento para la compañía de animación”.
De las palabras capturadas y reportadas a la prensa, de hecho, parece que el hombre había acusado a Kyo-Ani de haberlo engañado. Ahora lo envían al hospital y lo interrogarán cuando las condiciones médicas lo permitan.
Los bomberos emplearon cerca de cinco horas para domar las llamas en el interior del edificio y el premier japonés, Shinzo Abe, dijo que se quedó sin palabras ante un gesto que causó un número tan alto de muertes y la destrucción de la estructura. El estudio de animación Kyo-Ani fue fundado en 1981 y se hizo famoso por haber producido cómics para niños e historietas japonesas que tuvieron un éxito enorme, particularmente en los primeros años del nuevo milenio. El presidente de la compañía, Hideaki Hatta, explicó que en el pasado había recibido amenazas a través de correos electrónicos, pero nada que sugiriera una tragedia como la del jueves. Mientras tanto, numerosos fanáticos ya han iniciado una operación de crowdfounding en apoyo del grupo.
El balance de la tragedia de Kioto -destinado a elevarse a causa de las condiciones críticas de algunos heridos, supera aquel del atentado de 2016 en el centro de discapacitados, cuando un hombre apuñaló a 19 personas.
Y recuerda de cerca a otro caso por el sentido impactante dictado por ese imprevisible desequilibrio que a menudo impregna estos eventos: el reciente apuñalamiento de dieciséis estudiantes de una escuela primaria en la parada de autobuses de Kawasaki, al sur de Tokio, terminó con la muerte de dos personas y el suicidio del asaltante, apenas el mes pasado.
— NNN-AGENCIAS