NACIONES UNIDAS, 28 de mayo (NNN-UNIS) — La directora del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), condenó los ataques aéreos a una estación de servicio en el suroeste de la ciudad de Taiz que se cobró la vida de 12 personas, entre ellos siete niños de entre 4 y 14 años.
Henrietta Fore aseguró en un comunicado que “no hay ningún lugar seguro en Yemen” y reveló que el ataque elevó a 27 el número de víctimas infantiles en poco más de 10 días en el país devastado por la guerra.
“Es probable que las cifras sean incluso más altas”, agregó Fore.
Desde marzo de 2015, UNICEF confirmó que al menos 7.300 niños murieron o resultaron heridos de gravedad en Yemen en medio de enfrentamientos entre los partidarios del presidente yemení Abd Rabbu Mansour Hadi y los grupos de oposición Hutíes.
A principios de este mes, los ataques aéreos en varios barrios de la capital Sanaá, mataron a cinco niños y lesionaron a decenas más, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), lo que provocó una condena generalizada de varias agencias de la ONU.
El Secretario General de la ONU, António Guterres, pidió “cautela y moderación” a las partes, “tanto en términos de acciones como en términos de retórica”.
Por otro lado, el portavoz de Guterres, aseguró que el Secretario General mantiene su confianza plena en su enviado especial para Yemen, Martin Griffiths, ante críticas hechas por el presidente Hadi relacionadas con el retiro de las tropas hutíes en Hodeida.
De acuerdo con Stepháne Dujarric, Guterres envió una carta al mandatario subrayamdop el compromiso de la ONU con el acuerdo de alto el fuego acordado en Suecia en diciembre pasado.
El acuerdo de Estocolmo entre el Gobierno de Yemen y la oposición se deriva de un “profundo deseo de aliviar el sufrimiento del pueblo yemení y ayudar a enfrentar la crisis humanitaria, que sigue acosando a Yemen y su gente, que han sufrido durante mucho tiempo”, aseguró Dujarric.
El compromiso incluye un alto el fuego en la ciudad portuaria de Hoideida y retiros de tropas, lo que permite que el centro de suministro del Mar Rojo se administre y controle con el apoyo de la ONU y permita la distribución de provisiones vitales a millones de personas desesperadas.
El acuerdo también incluye un intercambio de prisioneros y pasos hacia un alto el fuego en la ciudad de Taiz.
Griffiths “redoblará los esfuerzos para apoyar a las partes en el cumplimiento de los compromisos asumidos en Estocolmo”, agregó el portavoz de la ONU, “y lo hará de manera equilibrada y que apoye plenamente el logro de una solución política pacífica y duradera para este conflicto”.
— NNN-UNIS