CIUDAD DE MÉXICO, 27 de mayo (NNN-AGENCIAS) — La popularidad en el mundo de la moda internacional de creaciones inspiradas en el arte indígena llevó al Senado mexicano a promover una iniciativa para proteger del plagio por parte de las grandes marcas los diseños de las comunidades aborígenes.
Según la propuesta de la Cámara Baja, es urgente legislar para “proteger a los grupos y comunidades indígenas del plagio y robo de sus creaciones artísticas, que llevan a cabo empresas internacionales y marcas trasnacionales”.
La ley que tutela “el arte, la imaginación y la creatividad de los indígenas” apunta a evitar que “nunca más les roben sus diseños” a las comunidades étnicas de México, señaló el jefe de la bancada del oficialista Movimiento de Renovación Nacional (Morena), Ricardo Monreal.
Los expertos estiman que los diseños históricamente preservados en las diversas tradiciones de México “son invaluables” y que “su contexto ritual y el hecho de condensar una riquísima cosmogonía, hacen de ellos patrones y motivos únicos”. “Por mucho tiempo, los textiles han servido incluso como lienzos del oráculo mexicano. Además, los procesos con los que éstos se materializan nos remiten a la esencia misma de lo artesanal”, según el sitio digital “Más de MX”.
“Desafortunadamente, se han documentado múltiples casos en los que empresas internacionales simplemente plagian estos diseños, los comercializan masivamente y, en ocasiones, a precios poco accesibles”, expone.
Recuerda que a principios de 2017, se dio a conocer una denuncia de la comunidad de San Juan Bautista Tlacoatzintepec en Oaxaca, habitada por la etnia chinanteca, contra la empresa Intropia.
La razón es que estaba comercializando una copia de un huipil (túnica) originario de la región oaxaqueña en 198 euros, “sin dar crédito ninguno de sus creadores”. Incluso se anunciaba como una pieza inspirada en la cultura “azteca”, dominante a la llegada de los españoles, lo que ofendió mucho a los artesanos chinantecos.
Rapsodia, una marca Argentina, se vio envuelta en un problema similar por imitar iconografía zapoteca, también de Oaxaca, de la comunidad de San Antonino Castillo Velasco, para el diseño textil de una camiseta (remera).
Inclusive, la marca de productos deportivos Nike patentó algunos diseños icónicos indígenas como los llamados “Ojos de Dios”, y los utilizó para sus zapatillas deportivas. En 2016, la tienda de muebles y diseño interior The Pottery Barn presentó una colección que contiene 10 piezas que plagian diseños tradicionales de los artesanos otomíes, muchos de ellos con la etiqueta “Made in China”.
El presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México (CNDH), Raúl González, advirtió la existencia de un “vacío legal en la materia” y definió como “prioritario colocar en la agenda pública nacional este tema”.
La apropiación de creaciones de grupos indígenas, afromexicanos y comunidades equiparables por parte de la industria textil y del vestido “lleva implícita la vulneración de los derechos colectivos e individuales de los pueblos”, afirmó González. A juicio de Monreal, México demoró en regular y establecer normas para proteger el patrimonio cultural de los pueblos indígenas, por lo que se comprometió a agilizar la aprobación de una ley en la materia. Se espera que eso suceda en el próximo período extraordinario de sesiones, cuyo inicio está programado para el 18 de junio.
Durante el foro “Proteger el Derecho Colectivo del Patrimonio Cultural Inmaterial de Pueblos y Comunidades Indígenas”, celebrado recientemente, se anticipó que se “obligará a las grandes marcas de Europa y Estados Unidos a pagar si copian y roban diseños indígenas”.
Para ello, los pueblos originarios tendrán que registrar sus obras en el Instituto Nacional de Propiedad Industrial, en marcas y patentes.
“La riqueza de las expresiones culturales de pueblos indígenas son motivo de admiración” pero también “objeto de deseo por parte de personas y organizaciones que pretenden beneficiarse de ese patrimonio cultural”, concluyó González.
— NNN-AGENCIAS