NACIONES UNIDAS, 27 mar (NNN-UNIS) — Tras diez años de conflicto en Yemen, las consecuencias para la infancia han sido devastadoras: los menores viven bajo la constante amenaza de bombardeos y enfrentan niveles alarmantes de desnutrición, alertó el martes el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

“Debemos actuar con urgencia”, advirtió el representante de UNICEF en el territorio.
“Pasé los últimos tres días en Al Hudayda (…) recorrí las áreas occidentales, donde la población se agolpa en las calles y carreteras, suplicando auxilio. Han perdido toda esperanza. Nosotros no podemos hacerlo”, relató Peter Hawkins.
Desde Saná, la capital yemení, Hawkins explicó a los medios que esta crisis “provocada por el hombre” ha devastado la economía, el sistema de salud y las infraestructuras del país.
“Incluso en periodos de relativa calma, el impacto estructural de la guerra —especialmente en niñas y niños— sigue siendo profundo”, afirmó, destacando que más de la mitad de la población, cercana a los 40 millones, depende de ayuda humanitaria.
UNICEF brinda apoyo a centros médicos y tratamientos contra la desnutrición en todo Yemen, pero solo ha recibido el 25% de los fondos necesarios este año. Hawkins advirtió que, sin una acción inmediata de los donantes, incluso los servicios básicos colapsarán.
Los rebeldes hutíes, conocidos oficialmente como Ansar Allah, llevan más de diez años combatiendo a las fuerzas gubernamentales, respaldadas por una coalición liderada por Arabia Saudí, y derrocaron al presidente Abd Rabbu Mansour Hadi en marzo de 2015.
Aunque no se han reanudado operaciones terrestres a gran escala desde el alto al fuego mediado por la ONU en abril de 2022, la violencia persiste.
El enviado especial del secretario general para Yemen, Hans Grundberg, alertó el 6 de marzo ante el Consejo de Seguridad que el cese de hostilidades está “cada vez más en riesgo”.
A inicios de marzo, Estados Unidos lanzó múltiples ataques en zonas controladas por los hutíes, aparentemente en represalia por sus ofensivas contra buques mercantes en el Mar Rojo tras la ruptura de la tregua en Gaza.
Hawkins describió los estragos que presenció en la ciudad portuaria de Hudaydah y enfatizó que ocho niños murieron en recientes bombardeos al norte de Yemen.
“Los puertos y rutas clave —esenciales para el suministro de alimentos y medicinas— están dañados o bloqueados”, señaló. Los precios de los alimentos han aumentado más del 300% en diez años, agravando el hambre y la desnutrición.
El representante de UNICEF indicó que uno de cada dos menores de cinco años padece desnutrición en Yemen, “una cifra casi sin precedentes en el mundo”.
“Entre ellos, más de 540.000 niños sufren desnutrición aguda grave, una condición agonizante, mortal pero totalmente prevenible”, agregó.
Hawkins destacó los riesgos para los niños sin acceso a tratamiento, especialmente en “zonas remotas, en las montañas y valles del norte de Yemen (…) La desnutrición compromete su sistema inmunológico, frena su crecimiento y destruye su futuro”.
Además, unas 1.4 millones de mujeres embarazadas y lactantes están desnutridas, un “círculo vicioso de sufrimiento intergeneracional”, afirmó.
En regiones como el occidente del país, las tasas de desnutrición aguda grave alcanzan el 33%.
“No es una crisis humanitaria. No es una emergencia. Es una catástrofe que cobrará miles de vidas”, insistió Hawkins.
— NNN-UNIS