BOGOTÁ, 29 nov (NNN-TELESUR) — Al menos 300 militares exmilitares colombianos luchan en el conflicto de Sudán a favor de un grupo origen paramilitar llamado Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), según reveló el martes la plataforma La Silla Vacía.
El medio tuvo acceso a varios audios y videos de colombianos que se encuentran en ese país africano, y dialogó directamente con dos exmilitares involucrados en el conflicto. Estos testimonios revelan la existencia de una operación transnacional que involucra a otras cuatro naciones y, al menos 40 de los 300 colombianos, prestan servicio en Sudán en contra de su voluntad.
Uno de los testimonios recogidos, indica que se opera bajo los principios de la trata de personas: “Nos contratan para una cosa y luego nos llevan a otro lado a otra cosa”, afirmó.
En ese sentido, existe constancia de que se trata de personas que han firmado contrato laboral con la empresa colombiana Internacional Services Agency A4SI (Academy for Security Instruction), con el presunto fin de trabajar sirviendo como agentes de seguridad a infraestructuras petroleras de los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
La empresa contratista está registrada por el exoficial del Ejército Omar Antonio Rodríguez Bedoya en la Cámara de Comercio de Bogotá, con el 2017 como año de fundación. Sin embargo, el que dirige todo, según dos militares, es el coronel retirado Álvaro Quijano, residente en Dubái.
Aunque Quijano no aparece registrado en las actas de la Cámara, en su lugar figura Claudia Viviana Oliveros, su representante legal y presunta pareja sentimental.
El operativo inició hace unos tres meses, pues fue en el pasado mes de septiembre cuando se notificó la entrada de los primeros colombianos a Sudán, concretamente al territorio de Darfur, una de las zonas más afectadas por la guerra interna, aunque también se ha registrado su presencia en regiones fronterizas con Libia y Chad.
De acuerdo con los audios recopilados, al parecer los exmilitares colombianos entran a Sudán en caravanas, a través de la frontera con Libia. Salen de su país hacia EAU y luego son trasladados a la ciudad libia de Bengasi.
Allí los esperan miembros de las FAR para viajar durante ocho días por el desierto, y una vez que cruzan la frontera con Sudán se exponen a emboscadas por parte de la milicia que apoya al Gobierno sudanés, y se conoce como la Fuerza Conjunta de Movimientos Armados de Darfur.
Una de las fuentes, expresó su temor de que la situación se convierta en una segunda versión de Haití, en referencia al asesinato, en 2021, del entonces presidente Jovenel Moïse por mercenarios colombianos que afirmaron haber sido engañados para cometer el crimen.
Otro precisó que los colombianos se han visto involucrados en varias operaciones, donde murieron al menos tres en un ataque del que fue blanco el pelotón al que pertenecían, en el pasado mes de octubre.
En ese sentido, el 20 de noviembre fueron encontrados los documentos de un ciudadano colombiano en el desierto fronterizo entre Libia y Sudán. Tras el hallazgo, el bloguero sudanés Yasin Ahmed, afirmó que “¡Los pasaportes son todos de mercenarios de Colombia!”.
Al parecer, las condiciones para abandonar Sudán por los militares retirados que no desean continuar con esa misión son escasas. Algunos temen que se tomen represalias en su contra.
La Silla Vacía intentó contactar con la Cancillería colombiana para indagar acerca de la presencia de exmilitares colombianos en Sudán, pero hasta el momento, no se ha obtenido respuesta.
En el mes de abril de 2023, el grupo FAR dio un golpe de Estado, lo que desencadenó en esa nación africana un conflicto interno, que ha provocado el desplazamiento más grande del mundo, con 11 millones de personas que han abandonado sus hogares, más de 61.000 muertos y más de ocho millones de personas con hambre extrema.
— NNN-TELESUR