Aumentan las denuncias de ejecuciones sumarias en medio de la guerra en Sudán

NACIONES UNIDAS, 4 oct (NNN-UNIS) — La guerra en Sudán, iniciada en 2023 y cada día más cruenta, se intensificó aún más con una ofensiva lanzada el mes pasado por las Fuerzas Armadas de Sudán para recuperar el control de zonas clave que actualmente están en manos de las Fuerzas de Apoyo Rápido.

Una mujer y su hijo huyen de la violencia en ad Madani, en el estado de Al Jazirah, Sudán. Foto: UNICEF/UNI492302/Mohamdeen

Los dos ejércitos, dirigidos por generales rivales, continúan los combates en medio de alarmantes informaciones sobre la ejecución sumaria de decenas de hombres jóvenes, en particular del barrio de Halfaya en Jartum-Norte (Bahri), alertó el experto de la ONU sobre la situación en Sudán.

Radhouane Nouicer, designado por el Consejo de Derechos Humanos para monitorear esas garantías en el país africano, detalló que los muertos de esa manera en los últimos días sumarían hasta 70 jóvenes.

Al parecer, estas ejecuciones fueron llevadas a cabo por fuerzas de las Fuerzas Armadas de Sudán y la Brigada Al-Baraa Bin Malik, una milicia aliada.

“En los medios de comunicación han circulado videos que muestran los cadáveres de jóvenes, supuestamente asesinados por sospechas de afiliación o colaboración con las Fuerzas Armadas Revolucionarias”, apuntó el experto, recordando que, además de ser una acción “más que despreciable”, viola todas las normas y estándares de derechos humanos.

En uno de los videos aparecen a hombres armados con uniformes de las Fuerzas Armadas de Sudán que afirman ser de Jartum-Norte y haber asesinado a seis hombres acusados de saqueo.

“Incluso en la guerra hay reglas”, dijo el experto, subrayando que la impunidad por tales actos debe terminar de inmediato.

Nouicer pidió a todas las partes -incluidas las milicias aliadas de los actores enfrentados-, que respeten sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos, haciendo hincapié en la necesidad de proteger a los civiles de las ejecuciones arbitrarias y la violencia.

También instó a que se lleve a cabo una investigación rápida e independiente de los asesinatos y que los responsables rindan cuentas de conformidad con las normas internacionales.

Los refugiados sudaneses construyen albergues improvisados durante la temporada de lluvias en Adre, al este de Chad.

La guerra en Sudán ha obligado a más de once millones de personas a abandonar sus hogares. De ellas, unos 2,9 millones han buscado refugio en países vecinos.

Junto con las perturbaciones climáticas y los desastres devastadores, los combates han destruido innumerables medios de vida, sumiendo al país en una profunda crisis de hambre.

Según la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, la última ofensiva, que comenzó el 25 de septiembre, ha implicado ataques aéreos y de artillería de las Fuerzas Armadas de Sudán contra posiciones de las Fuerzas de Seguridad del Sur, en particular en torno a los principales puntos de entrada a la capital, Jartum, incluido el puente Halfaya, de importancia estratégica.

Dichos ataques habrían causado decenas de víctimas civiles y graves daños a la infraestructura esencial.

El experto señaló que la escalada en la zona metropolitana de Jartum “se hace eco de los horrores” del periodo inicial del conflicto en abril de 2023.

El aumento de la violencia podría causar un gran número de víctimas civiles entre las personas atrapadas cerca de lugares estratégicos, graves violaciones de los derechos humanos y desplazamientos masivos, advirtió Nouicer.
— NNN-UNIS

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