LA PAZ, 1 oct (NNN-TELESUR) — El Gobierno de Bolivia tomó medidas drásticas frente a la crisis de incendios forestales que asola el este del país, declarando oficialmente un estado de desastre nacional. Esta decisión, anunciada el lunes, busca facilitar la movilización de recursos económicos y ayuda internacional para combatir las llamas que han consumido ya cerca de tres millones de hectáreas de pastizales y bosques naturales.
La ministra de la Presidencia, Marianela Prada, dio lectura al decreto gubernamental tras una reunión de autoridades en Santa Cruz, epicentro de los incendios. «Se declara situación de desastre nacional por la presencia de incendios forestales en el país», afirmó Prada.
El presidente Luis Arce, por su parte, informó sobre la presentación de proyectos de ley ante la Asamblea Legislativa Plurinacional para obtener créditos internacionales destinados a financiar las operaciones contra el fuego, que suman 325 millones de dólares.
«Hemos aprobado este decreto no. 5235 que declara desastre nacional para que podamos activar todo lo que esté en nuestras manos para enfrentar los incendios que nos vienen preocupando desde hace tres meses», explicó el mandatario.
El citado Decreto Supremo establece la declaratoria de desastre nacional y tiene la finalidad de proteger el medio ambiente, la salud y la vida de las personas, la biodiversidad y las actividades de la población boliviana debido a la magnitud de los incendios forestales.
Los departamentos más afectados son Santa Cruz, Beni y Pando, todos ubicados en la región amazónica del noreste boliviano. Según informes oficiales, se han registrado al menos 37 incendios forestales en estas zonas. Las autoridades señalan que el origen de estos siniestros iniciados en mayo está principalmente vinculado a la deforestación agrícola para el cultivo de soya y arroz.
La magnitud de la crisis actual se evidencia en comparación con los años anteriores. En 2023, los incendios forestales arrasaron 3,3 millones de hectáreas de bosques y pastizales, mientras que en 2019 se consumieron cerca de seis millones de hectáreas en la Amazonía boliviana.
Aunque los incendios forestales pueden ser un fenómeno natural, la crisis actual en Bolivia está estrechamente vinculada a la actividad humana. Las prácticas de quema controlada para la expansión agrícola se han descontrolado debido a condiciones climáticas extremas.
Las consecuencias para las comunidades locales son severas. Miles de personas han sido evacuadas, muchas de ellas indígenas. La pérdida de medios de vida, la contaminación del aire y la destrucción de fuentes de agua han generado una crisis humanitaria. Los centros de salud se ven abrumados por el aumento de enfermedades respiratorias, mientras que la falta de acceso a agua potable y alimentos degrada la situación.
— NNN-TELESUR