NACIONES UNIDAS, 26 sep (NNN-UNIS) — Ante el Consejo de Seguridad, el titular de la ONU pide actuar con una sola voz y a todos los bandos que detengan la matanza y la destrucción. La agencia de refugiados advierte que decenas de miles de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares en el Líbano, incluyendo refugiados sirios.
“El infierno se está desatando en el Líbano”, aseguró el secretario general ante el Consejo de Seguridad, en una reunión de urgencia ante la grave escalada de las hostilidades, señalando que “el lunes fue el día más sangriento en una generación”.
Tras reiterar sus palabras del martes en la Asamblea General, cuando dijo que el Líbano no puede convertirse en una nueva Gaza, António Guterres imploró al Consejo que “ayude a apagar este incendio”.
Para ello, “las partes deben volver inmediatamente al cese de hostilidades (…) La población civil debe ser protegida. La infraestructura civil no debe ser un objetivo. Debe garantizarse la seguridad de todo el personal y los bienes de la ONU. Debe respetarse el derecho internacional”.
A continuación, pidió hablar “a todas las partes con una voz clara: Detengan la matanza y la destrucción. Bajen el tono de la retórica y las amenazas. Aléjense del borde del abismo. Hay que evitar a toda costa una guerra total. Sería sin duda una catástrofe”.
La grave escalada de las hostilidades entre Hezbolá e Israel ha obligado a “decenas de miles” de personas a huir de sus hogares en el Líbano, incluidos refugiados sirios, dejando las rutas fronterizas con Siria atascadas de vehículos que intentan pasar, según informó el miércoles la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
“Cientos de vehículos están atascados en colas en la frontera con Siria; muchas personas también están llegando a pie, cargando con lo que pueden”, informó ACNUR. “Grandes multitudes, entre las que hay mujeres, niños pequeños y bebés, esperan en la cola tras haber pasado la noche a la intemperie con temperaturas en descenso. Algunos llevan heridas recientes de los recientes bombardeos”.
El responsable de la agencia, Filippo Grandi, dijo que la noticia era “un calvario más para las familias” que habían huido de años de guerra civil en Siria, “sólo para ahora ser bombardeados en el país donde buscaron refugio (…) Oriente Medio no puede permitirse una nueva crisis de desplazamiento. No creemos una obligando a más personas a abandonar sus hogares”.
El llamamiento de Grandi se produce después de los intensos bombardeos israelíes sobre el Líbano del lunes, que han causado al menos 558 muertos, entre ellos niños y mujeres, y 1835 heridos, según el Ministerio de Sanidad libanés.
Los ataques se produjeron tras un fin de semana de ataques con cohetes contra comunidades israelíes, en respuesta a la extraordinaria serie de explosiones de buscas y radio transmisores pertenecientes a miembros de Hezbolá de la semana pasada, el último suceso mortal relacionado con la guerra en curso en Gaza.
El miércoles por la noche se celebrará en Nueva York una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU sobre el empeoramiento de la situación humanitaria en el Líbano, solicitada por Francia.
Más de 27.000 personas han sido desplazadas en las últimas 48 horas y la gente “abandona sus hogares minuto a minuto”, según ACNUR.
Los últimos datos de la ONU apuntan a al menos 90.530 nuevos desplazados en el Líbano, que se suman a los casi 112.000 desarraigados desde octubre de 2023.
Junto con sus socios, incluida la Media Luna Roja Árabe Siria, la agencia de la ONU está presente en los pasos fronterizos con Siria “proporcionando alimentos, agua, mantas y colchones a los que llegan, y orientándoles hacia el apoyo disponible una vez en Siria”.
Líbano acoge a cerca de 1,5 millones de refugiados sirios que abandonaron su país durante la actual guerra civil, que ha dejado infraestructuras críticas destrozadas y millones de personas necesitadas de ayuda.
En una actualización de la situación de la crisis del Líbano, la Oficina de Coordinación para los Asuntos Humanitarios (OCHA) señaló que más de 110.000 personas ya han sido desplazadas desde octubre del año pasado.
A última hora de la tarde del martes, más de 25.000 personas habían encontrado cobijo en 130 nuevos refugios colectivos, según cifras del Gobierno citadas por la agencia. “La situación es fluida y la ONU está trabajando con las autoridades nacionales y sus socios para rastrear y registrar a los nuevos desplazados”, afirmó.
Otros organismos de las Naciones Unidas que apoyan las labores de socorro son el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) que ha entregado 100 toneladas de suministros médicos de emergencia a los hospitales que se enfrentan a una grave escasez “y enviará más”.
La agencia de la ONU también se está preparando para entregar alimentos, agua y suministros esenciales como colchones y kits de higiene a las familias desplazadas.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA), por su parte, dijo que está preparado para proporcionar comidas calientes diarias hasta a 100.000 personas en los refugios.
Mantener estos esfuerzos requerirá una financiación de 170 millones de dólares, dijeron las agencias humanitarias.
En un acontecimiento relacionado, ACNUR expresó su indignación y profunda tristeza por el asesinato de dos miembros de su personal en los ataques del Líbano.
La primera víctima, Dina Darwiche, murió junto con su hijo menor después de que el edificio donde vivía con su familia en el este del país fuera alcanzado por un misil israelí el lunes. Sus cuerpos fueron recuperados el martes; su marido y uno de sus hijos sufrieron heridas graves y están hospitalizados.
Ali Basma, la segunda víctima, llevaba siete años trabajando para la agencia en la ciudad de Tiro. El lunes se confirmó su muerte, según ACNUR, antes de expresar su indignación por las muertes.
“La protección de los civiles es un deber, y reiteramos el llamamiento del secretario general a una desescalada urgente, y pedimos a todas las partes que protejan a los civiles, incluidos los trabajadores humanitarios, en consonancia con las obligaciones que impone el derecho internacional humanitario”, declaró la agencia.
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