El hambre continúa en el norte de Gaza y la hambruna amenaza al sur, advierte Programa Mundial de Alimentos

NACIONES UNIDAS, 16 jun (NNN-UNIS) — A medida que se intensifican las acciones militares en el sur y el centro de Gaza, el número de víctimas civiles es devastador y la persistencia de un entorno operativo hostil hace casi imposible que las operaciones humanitarias distribuyan la ayuda alimentaria que se necesita desesperadamente, advirtió el viernes el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Foto: UNRWA

“Conduciendo a través de la ciudad de Gaza hasta Jabalia, la destrucción es increíble. En el norte de Gaza no vi un solo edificio intacto y había bombardeos constantes con aviones no tripulados zumbando por encima”, contó Carl Skau, director ejecutivo adjunto del PMA, al concluir el viernes una misión de dos días en la Franja.

“La gente está traumatizada y agotada. Una mujer que había perdido a su marido me dijo que esta guerra duraba 250 días, pero que a ella le parecían 250 años”, relató Skau.

Con la anarquía dentro de la Franja obstaculizando ahora las entregas desde el paso fronterizo de Karam Abu Salem/ Kerem Shalom, y el conflicto activo que se extiende en las zonas sur y centro de Gaza, el personal de la agencia de la ONU advirtió que es casi imposible suministrar el nivel de ayuda que satisfaga las crecientes demandas de la población palestina en el terreno.

“Cada vez es más difícil hacer nuestro trabajo. El personal pasa de cinco a ocho horas esperando en los puestos de control todos los días. Los misiles alcanzan nuestras instalaciones, a pesar de haberse comunicado y acordado con los combatientes”, afirmó el director ejecutivo adjunto del PMA.

“La ruptura de la ley y el orden significa que también nos enfrentamos a saqueos y violencia en medio de un gran vacío de seguridad”, añadió.

Las operaciones y ataques militares israelíes en Gaza han causado la muerte de más de 37 200 palestinos y casi 85 000 heridos.

El miércoles pasado, en la primera investigación en profundidad sobre lo ocurrido desde el 7 de octubre, la Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU sobre el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Oriental, e Israel, concluyó que Israel ha cometido el crimen de lesa humanidad de exterminio, usa el hambre como método de guerra e inflige un castigo colectivo en Gaza.

Según el informe de la comisión, las autoridades israelíes son responsables de distintos crímenes de guerra, como los de usar el hambre como método de guerra, el ataque intencionado contra civiles y bienes de carácter civil, el asesinato o homicidio intencionado, el traslado forzoso, la violencia sexual, la tortura y los tratos inhumanos o crueles, la detención arbitraria y los ultrajes contra la dignidad personal.

Los miembros de la comisión, encabeza por la ex alta comisionada de la ONU para los derechos humanos Navy Pillay, determinaron que Israel ha impuesto un “asedio total” a Gaza, lo que equivale a un castigo colectivo contra la población civil.

El PMA manifestó su temor ante la posibilidad de que en el sur de la Franja de Gaza se alcancen pronto los mismos niveles catastróficos de hambre registrados anteriormente en las zonas del norte.

“La situación en el sur de Gaza se está deteriorando rápidamente. Un millón de personas han sido expulsadas de Ráfah y están atrapadas en una zona muy congestionada a lo largo de la playa bajo el ardiente calor del verano. Condujimos a través de ríos de aguas residuales”, dijo Skau.

En el norte del enclave, la asistencia ha mejorado, ya que la agencia y sus socios han estado entregando suministros a través del cruce de Erez occidental. Sin embargo, el funcionario subrayó que esa ayuda debe mantenerse y ampliarse para garantizar el suministro de alimentos frescos.

El acceso al agua potable, la atención sanitaria, el combustible necesario para las panaderías y los suministros médicos también son esenciales para lograr una situación de seguridad alimentaria estable. “Pero, más que nada, la gente quiere que esta guerra termine. Y nosotros también”, agregó.

El funcionario destacó que estudiarán cómo pueden apoyar el funcionamiento de los mercados y hacer llegar dinero en efectivo a la gente para que pueda empezar a restablecer su vida.

“La ayuda de emergencia sigue siendo fundamental, pero también tenemos que empezar a infundir algo de esperanza, apoyando a panaderías y mercados, e ir más allá de cubrir las necesidades alimentarias para la supervivencia, apoyando el saneamiento del agua y las necesidades básicas de atención sanitaria”, dijo Skau.

La agencia informó que en mayo prestó asistencia a más de un millón de palestinos en Cisjordania y Gaza, aunque las raciones se redujeron debido a las limitaciones de acceso y a la disminución de las reservas de alimentos.

La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) advirtió sobre las graves condiciones que enfrentan las familias desplazadas, según revelan varias evaluaciones humanitarias que han llevado a cabo.

Dos de estas evaluaciones tuvieron lugar la semana pasada en lugares de desplazamiento informal en Deir al Balah, donde se refugian miles de personas. Las familias dijeron que los refugios están abarrotados y carecen de infraestructuras sanitarias.

La distribución de alimentos es irregular y los residentes informaron de diversos problemas de salud, como hepatitis A, enfermedades cutáneas y respiratorias.

El acceso al agua también es muy escaso. En uno de los lugares de desplazamiento, la cantidad media de agua disponible al día era de tan solo 0.7 litros, muy por debajo del requisito mínimo de supervivencia reconocido internacionalmente, de tres litros diarios.

Los socios humanitarios que trabajan en el ámbito del agua, el saneamiento y la higiene en Gaza han informado que las infraestructuras críticas siguen sufriendo daños considerables.

Afirmaron que la reciente intensificación de las operaciones militares ha provocado pérdidas adicionales de activos claves de agua y saneamiento, incluidos cinco pozos de producción de agua en Jabalia, en el norte, así como dos pozos de agua y dos plantas desalinizadoras en Ráfah, en el sur.

La ONU informó que esos socios calculan que, en los últimos ocho meses, más de dos tercios de las instalaciones e infraestructuras de agua y saneamiento de Gaza han quedado destruidas o dañadas a causa del conflicto.

Muchas otras instalaciones han quedado fuera de servicio debido a problemas como la inseguridad, los impedimentos de acceso y la falta de energía y combustible para hacer funcionar los generadores.

La ONU subrayó que las operaciones humanitarias en Gaza deben facilitarse plenamente y que deben eliminarse todos los impedimentos.

James Elder, portavoz de Unicef, declaró que uno de los camiones de la agencia que transportaba medicinas y suministros nutricionales para 10 000 niños en Gaza fue devuelto el miércoles, a pesar de que la misión había sido aprobada.

Elder dijo que fueron retenidos durante ocho horas en los puestos de control, y que tardaron 13 horas en recorrer solo 40 kilómetros.

La Agencia para los Refugiados Palestinos (UNRWA) destacó el viernes en un tuit que en 2023 se denegaron o retrasaron más de 3 000 permisos para que niños palestinos salieran de la Franja de Gaza y Cisjordania para recibir tratamiento médico.

“Desde que comenzó la guerra, las autoridades israelíes han restringido aún más el acceso humanitario. Una vez más, los niños están pagando el precio más alto”, señaló la UNRWA.
— NNN-UNIS

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