NACIONES UNIDAS, 17 abr (NNN-UNIS) — Las denuncias contra el Ejército de Israel, recogidas en un informe de la ONU, también incluyen abusos sexuales y maltrato psicológico. Entre los detenidos, que fueron posteriormente liberados, se encuentran numerosos miembros del personal de la ONU.
“Vi a personas [detenidas] de 70 años, muy mayores. Había personas con Alzheimer, ancianos ciegos, personas con discapacidad que no podían caminar, personas que tenían metralla en la espalda y no podían levantarse, personas con epilepsia… y la tortura era para todos. Incluso para personas que no sabían sus propios nombres. Les decíamos que alguien era ciego. No les importaba”. Palestino detenido de 46 años.
Este es uno de los muchos testimonios de prisioneros palestinos capturados por el Ejército de Israel tras el 7 de octubre y recogido por la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) tras su liberación en un informe publicado el martes.
Según el documento, poco después de que las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) lanzaran operaciones terrestres en la Franja de Gaza a finales de octubre de 2023, empezaron a surgir informes de palestinos detenidos en el norte del enclave. A partir del 12 de noviembre de 2023, el organismo comenzó a registrar la detención de hombres y mujeres refugiados dentro de las instalaciones de la Agencia por parte del Ejército de Israel.
El 16 de diciembre, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos informó de que había recibido “numerosas informaciones acerca de detenciones masivas, malos tratos y desapariciones forzadas de posiblemente miles de hombres y niños palestinos y un también un número de mujeres y niñas, a manos de las Fuerzas de Defensa israelíes”, señala el informe.
“Me hicieron sentarme sobre algo parecido a un palo de metal caliente y me sentí como fuego. Tengo quemaduras [en el ano]. Palestino detenido de 41 años.
Desde el 4 de abril de 2024, UNRWA ha documentado la liberación de 1506 detenidos de Gaza por las autoridades israelíes a través del paso fronterizo de Karem Abu Salem (Kerem Shalom). Esa cifra incluía 43 niños (39 niños, cuatro niñas) y 84 mujeres. Entre los liberados había 23 de trabajadores de la agencia de la ONU y 16 familiares de su personal, así como 326 jornaleros gazatíes que trabajaban en Israel.
Los detenidos describieron haber sido transportados en camiones a lo que parecían ser grandes “barracones militares” que albergaban entre 100 y 120 personas cada uno y donde permanecían incomunicados en los periodos entre interrogatorios, a veces durante varias semanas.
Varios detenidos informaron de que estuvieron recluidos en los barracones del cuartel militar situado en Zikim (al norte de Erez, en el sur de sur de Israel), donde hay una base militar israelí. Otros denunciaron = haber estado recluidos en lugares de los alrededores de Beer Sheva, identificando la base de Sde Teiman.
Todos ellos declararon haber sido enviados varias veces a interrogatorios, con una entrevista final con el Shabak (la agencia inteligencia interna israelí).
“Los prisioneros denunciaron malos tratos durante las distintas etapas de su detención. Entre los detenidos liberados había hombres y mujeres, niños, personas mayores, personas con discapacidad, heridos y enfermos, todos los cuales fueron sometidos a formas similares de malos tratos, según testimonios de primera mano recibidos por UNRWA.
Me golpeaban con una barra metálica extensible. Había sangre en mis pantalones y cuando la vieron, me golpearon ahí. Palestino detenido de 26 años.
El personal de la agencia en Karem Abu Salem fue testigo del trauma y malos tratos entre los detenidos liberados. En casi todos los casos, las ambulancias de la Media Luna Roja transportaron a personas (liberadas) desde del cruce a los hospitales locales debido a las lesiones o enfermedades”, se afirma en el informe.
Según las denuncias, los malos tratos se produjeron principalmente en los barracones y se intensificaron antes de las sesiones de interrogatorio. Estos incluían palizas mientras se les tumbaba en un colchón sobre escombros durante horas sin comida, agua o acceso a un retrete y con las piernas y las manos atadas con bridas de plástico.
Varios detenidos denunciaron que los habían metido en jaulas y atacado con perros. “Algunos detenidos liberados, entre ellos un niño, presentaban heridas de mordeduras de perro”. Además, se amenazaba a los detenidos con un arresto prolongado, causarles lesiones o el asesinato de sus familiares si no proporcionaban la información solicitada.
Una mujer palestina de 34 años contaba ofreció este testimonio de lo que le sucedió: El [Shabak] me mostró todo mi barrio en una pantalla de ordenador y me pidió que les hablara de todas las personas que me señalaban: quién es éste, quién es ésta, etc. Si no reconocía a alguien, el soldado amenazaba con bombardear mi casa. Me preguntó quién de mi casa no se había ido al sur. Le dije que mis hermanos y mi padre se quedaron en casa. Me dijo: si no confiesas toda la información, bombardearemos tu casa y mataremos a tu familia”.
Los detenidos también describieron que se les obligaba a sentarse de rodillas durante 12-16 horas al día en los barracones con los ojos vendados y las manos atadas. Se permitía dormir entre medianoche y las cuatro y las cinco de la mañana, con las luces encendidas y ventiladores que soplaban aire frío a pesar de las bajas temperaturas.
Otros métodos de malos tratos denunciados incluían amenazas de daños físicos, insultos y humillaciones, como hacerles actuar como animales u orinarse encima, el uso de música alta y ruidos, privación de agua, comida, sueño y aseos, denegación del derecho a rezar y el uso prolongado de esposas fuertemente apretada que causaba heridas abiertas y lesiones por fricción.
Las palizas incluían golpes contundentes en la cabeza, hombros, riñones, cuello, espalda y piernas con barras metálicas y culatas de pistolas y botas, que en algunos casos resultaban en costillas rotas, hombros dislocados y lesiones permanentes.
En la mayoría de los incidentes de detención denunciados, el Ejército israelí obligó a varones, incluidos niños, a desnudarse hasta la ropa interior. UNRWA también documentó al menos una ocasión en la que varones refugiados en una de sus instalaciones fueron obligados a desnudarse y fueron detenidos mientras estaban desnudos.
Tanto hombres como mujeres denunciaron amenazas e incidentes que pueden constituir violencia sexual y acoso por parte de las fuerzas israelíes durante la detención. Los hombres denunciaron de golpes en los genitales, y una detenida denunció que la obligaron a sentarse en una sonda eléctrica.
Las mujeres describieron haber estado expuestas a maltrato psicológico, incluidos insultos y amenazas, así como tocamientos indebidos durante los cacheos e intimidación y acoso mientras tenían los ojos vendados. Tanto a hombres como a mujeres se les obligó a desnudarse delante de soldados durante los cacheos y ser fotografiados y filmados desnudos.
Otra mujer palestina de 34 años relataba así los abusos que sufrió: “Pidieron a los soldados que me escupieran, diciendo ‘esta es una de Gaza’. Nos golpeaban mientras nos movíamos y decían que nos pondrían pimienta en las partes sensibles. Nos tiraron, nos golpearon, nos llevaron en autobús a la prisión de Damon al cabo de cinco días. Un soldado nos quitó el hiyab y nos pellizcaron y tocaron el cuerpo, incluidos los pechos. Teníamos los ojos vendados y sentíamos cómo nos tocaban, empujando nuestras cabezas hacia el autobús. Empezamos a apretarnos para intentar protegernos de los tocamientos. Decían ‘zorra, zorra’. Les dijeron a los soldados que se quitaran sus zapatos y nos abofetearan con ellos”.
UNRWA registró también casos de palestinos del personal de la agencia detenidos por las fuerzas israelíes, incluidos algunos arrestados durante el desempeño de sus funciones oficiales para la ONU, incluso mientras trabajaban en las instalaciones del propio organismo y en un caso durante una operación humanitaria.
Según los informes, el personal de la ONU fue incomunicado y sometidos a las mismas condiciones y malos tratos que a otros detenidos, tanto en Gaza como en Israel.
“También denunciaron haber sido objeto de amenazas y coacciones durante la detención, siendo presionados durante los interrogatorios para que confesaran por la fuerza contra la Agencia, incluyendo que el organismo tiene relaciones con Hamás y que el personal de la UNRWA participó en los atentados del 7 de octubre contra Israel”, señala el informe.
Los malos tratos y abusos contra el personal de UNRWA incluyeron severas palizas físicas y la tortura del ahogamiento simulado (waterboarding), resultando en un sufrimiento físico extremo; también incluyeron palizas por parte de los médicos cuando acudían a asistencia médica, ataques de perros; y amenazas de violación y electrocución, entre otros malos tratos citados en el informe.
UNRWA ha elevado protestas oficiales a las autoridades israelíes por el trato recibido por los miembros de la Agencia mientras estaban en centros de detención israelíes, sin que haya recibido ninguna respuesta la fecha.
— NNN-UNIS